Parecía ser otro día normal bajo el nublado cielo, ya sabes, nada nuevo.
Levantarse, comer, estudiar, respirar… Todo lo que había estado haciendo en la
semana, incluyendo obviamente el hablar. Sí, hablar con las personas,
sociabilizar. A veces pienso que no nací para aquello, que, simplemente, nací
para quedarme en el círculo familiar. Nunca he sido buena haciendo amigos, pero
sin duda agradezco los pocos que tengo. Ni siquiera sé cómo es que los hice ni
por qué siguen a mi lado. Sin embargo, algo aún faltaba.
Lo que estuve
construyendo días antes de que volvieras tú a mi vida lo derrumbaste; porque
siempre vuelves y te vas, nunca dices lo que en realidad sientes, nunca te
esfuerzas y me haces sentir que remo el Titanic yo sola. Lo único que quiero es
estar bien y llegas tú, la persona que me trajo muchas alegrías pero más
desgracias. Quizá sea masoquista el querer que no te vayas, aunque desearía
poder decir “no me dejes”, pero claramente eso ya lo hiciste. No sé de dónde
surgieron mis expectativas si nunca demostraste interés sólo en mí, siempre
eran muchas más. “Si hay tanto peces en el mar, ¿por qué siempre pesco el que
no me deja nadar o uno que le cuelgan muchas más?”…
Te odio pero sé que es algo que no va contigo como tampoco
va el prestarme un poquito de atención y ver el desastre que soy, el desastre
que tú hiciste. Cuando más te necesité no estuviste, conociste un nuevo mundo y
decidiste que ya no me querías más en él. ¿Qué irónico, no? Tú mismo elevaste
mis esperanzas a tener un futuro juntos… Antes dije que nunca mostraste
interés… Creo que todo lo imaginé.
Ya no sé a dónde ir ni a quién recurrir. No quiero ser la
vulnerable. Extraño lo que tenía antes, aunque era un desastre no era el que tú
ocasionaste, no a esta magnitud. Quiero recobrar el control sobre mí. Te quiero
lejos de mí, pero no sabes cuánto duele cuando siento que es así, que te lo
pediré de una vez por todas con las palabras necesarias y justas y tú te irás
sin mirar atrás. Quiero volver a mi hogar. Quiero intentar pegar todos los
pedacitos que tú fuiste sacando uno a uno de mi corazón. Sé que lo voy a
lograr, quizá no ahora ni mañana, ni en mucho tiempo más. Quizá sólo por ahora
quiero sentirme como la persona miserable y adicta a la locura que soy. Porque
todos cuando me aman, me abandonan.